...Tras el debut de noviembre de 2007 en Ezpeleta, el trío de Matías Toledo logró en su música, la atracción de muchos bailarines y espectadores que apreciaron la calidad interpretativa aquella tarde calurosa del Club de Leones, por eso, el conjunto comenzó a tener muchas invitaciones a distintos lugares para poder tocar.
En el verano de 2008 tocaron por peñas bailables, restaurantes y parrillas, especialmente de la zona sur del conurbano, afianzándose con un repertorio en el que destacaban temas populares de Los Manseros Santiagueños, Los Carabajal y Los Changos entre otros.
Cada tarima que se pisaba, cada acorde de guitarra, gemido de violín y latido del bombo, era una inspiración para aquellos que entendían las pretensiones del trío dentro del ambiente del folklore pero interiormente Toledo sabía que faltaba algo para que el oído musical llegue a satisfacer la entereza de los remitentes.
Por consiguiente, el joven violinista quilmeño consideró buscar entre sus amistades a alguien que le dé personalidad, color y buena imagen interpretativa al conjunto porque era momento de un cambio favorable en el trío; por eso, comenzaba la era de Walter Leguizamón.
El bajista experimentado nacido en Taquetuyoj, Santiago del Estero, fue la persona indicada para darle un fondo musical a los temas del repertorio tradicional seleccionado; además, por sus años en el mundo del folklore, podría ser más fácil el crecimiento a través del consejo de su voz y comprender el camino hacia el éxito y la vigencia…
El trío consiguió un nuevo color y pasaría a ser un cuarteto de guitarra, violín, bajo y percusión….
Los integrantes ya estaban listos, el repertorio ya estaba hecho, ahora había que salir a rodar por las calles a buscar el camino de los escenarios y la defensa de la música nacional…
No hay comentarios:
Publicar un comentario