Una tarde de domingo distinto vivió Aire Santiagueño en el conurbano bonaerense el 29 de junio de 2006. De un momento para otro surgió la posibilidad de tocar en el Salón Rubí, en calle Billinghurst y Santa Cruz, Rafael Castillo, pero el problema era el tiempo escaso de anticipación y la distancia entre los músicos, además de los problemas de instrumentos y transporte que fue, el inconveniente más perjudicial...hasta que la salvación llegó…
El percusionista Diego Toledo, por problemas personales no pudo asistir por lo que el trío Toledo-Gonzalez-Leguizamón iban a ser una excepción en los tantos escenarios que recorrieron en el poco tiempo de vida. La propuesta de otro bombisto salvó la formación original y la presentación pactada por lo que el joven Mauro Ibánez, bailarín del Ballet El Talar, se ofreció para tocar con el grupo y brindar ese espectáculo improvisado.
El Salón estaba lleno de correntinos y en el ambiente, parecía chocante el cambio drástico del romanticismo chamamecero al baile arrebatador de tierra y polvareda pero de a poco, paso a paso en el alto escenario del baile del Partido La Matanza, desde el puntapié en ritmo de zamba, la atención de los residentes litoraleños se centró en una alternativa festejadamente bailada.
En el show se destacaron tres bloques largos de baile y cansancio para los bailarines peñeros con zamba, chacarera, gato y escondido, uno atrás de otro, con solos de Ibañez en momentos de lucimiento y oportunismo; además la voz de Jorge Gonzalez, el violín de Matías Toledo y el Bajo exhibicionista de Walter Leguizamón ganaron el aplauso en una tarde distinta para la trayectoria del conjunto con herencia santiagueña.
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