En la tarde calurosa del domingo 11 de noviembre de 2007, el debut tan ansiado tenía un color de verde esperanza e ilusión de dejar el miedo para empezar a proyectar un sueño y caminar una senda extensa que no encuentra final.
En Ezpeleta, La Ciudad del Encuentro Nativo se preparaba para festejar una nueva edición del Festival de la Tradición en el Club de Leones con la figura estelar de Lucía Ceresani.
Luego de que la joven voz del canto sureño termine su repertorio junto a su hermano, se hizo realidad el bautismo de Aire Santiagueño, en esa oportunidad bajo el nombre de Matías Toledo.
Fue un repertorio bailable en el que predominaron los solos instrumentales del violín favoreciendo el baile tímido de algunos desvergonzados para divertirse en el gigante salón de domingo con asado y recuerdo al Martín Fierro y José Hernández.
En la voz de Jorge Gonzalez, predominaron los ritmos de zambas románticas como Jazmín de Luna y Yo quiero en ti vivir, como así también, las chacareras cantadas populares como Entre a mi pago sin golpear y De La Banda a Santiago; mientras tanto en el bombo legüero de Diego Toledo, la hermandad con Matías también la compartió con las danzas tradiciones en gatos, escondidos y un enganchado de chacareras populares del Chaqueño Palavecino, como Juan de la Calle, Culpable y La Sin Corazón.
Un show de casi cuarenta minutos alcanzó para ganarse el aplauso de la gente, pero además la satisfacción propia de que, con trabajo, este hobbie de tocar y hacer divertir, podría ser más de una vocación…
En Ezpeleta, La Ciudad del Encuentro Nativo se preparaba para festejar una nueva edición del Festival de la Tradición en el Club de Leones con la figura estelar de Lucía Ceresani.
Luego de que la joven voz del canto sureño termine su repertorio junto a su hermano, se hizo realidad el bautismo de Aire Santiagueño, en esa oportunidad bajo el nombre de Matías Toledo.
Fue un repertorio bailable en el que predominaron los solos instrumentales del violín favoreciendo el baile tímido de algunos desvergonzados para divertirse en el gigante salón de domingo con asado y recuerdo al Martín Fierro y José Hernández.
En la voz de Jorge Gonzalez, predominaron los ritmos de zambas románticas como Jazmín de Luna y Yo quiero en ti vivir, como así también, las chacareras cantadas populares como Entre a mi pago sin golpear y De La Banda a Santiago; mientras tanto en el bombo legüero de Diego Toledo, la hermandad con Matías también la compartió con las danzas tradiciones en gatos, escondidos y un enganchado de chacareras populares del Chaqueño Palavecino, como Juan de la Calle, Culpable y La Sin Corazón.
Un show de casi cuarenta minutos alcanzó para ganarse el aplauso de la gente, pero además la satisfacción propia de que, con trabajo, este hobbie de tocar y hacer divertir, podría ser más de una vocación…
No hay comentarios:
Publicar un comentario